
“Escucha mi historia… Puede que sea la nuestra.”
Con esta frase comenzó, hace hoy 24 años, uno de los viajes más memorables de la historia de los videojuegos. El 20 de julio del año 2001, Final Fantasy X se lanzaba en Japón para PlayStation 2, marcando un antes y un después en la saga de Square Enix.
Este título no solo supuso la entrada de la franquicia en el mundo de los gráficos 3D completamente renderizados y las voces dobladas por primera vez, sino que nos regaló una de las historias más emocionales jamás contadas: la travesía de Tidus, un joven jugador de blitzball, y Yuna, una invocadora destinada a salvar el mundo de Spira del temido enemigo conocido como Sinh.
🌅 Un mundo que todavía nos emociona


Final Fantasy X nos hizo reír, llorar y soñar. Desde las playas de Besaid hasta las ruinas de Zanarkand, el juego nos sumergió en un universo de espiritualidad, sacrificio y esperanza. Muchos aún recuerdan con un nudo en la garganta la escena del lago de Macalania, el icónico tema “To Zanarkand” o el sistema de esferas que revolucionó el desarrollo de personajes.
📀 Un clásico que nunca envejece
Con el paso de los años, el legado de FFX ha crecido gracias a reediciones en HD y una secuela directa (Final Fantasy X-2), pero el juego original sigue siendo, para muchos, el último gran clásico de la saga antes del salto a nuevas fórmulas.

Hoy, en su 24º aniversario, millones de fans en todo el mundo recuerdan a Tidus, Yuna, Auron, Wakka, Lulu, Kimahri y Rikku con cariño. Final Fantasy X no solo fue un juego: fue una experiencia, una historia que nos marcó para siempre.
Algunos recuerdos no se desvanecen… viven para siempre en el corazón de quienes los atesoran.